Revista Unión En Profundidad

1978: UGT dijo sí a la Constitución

El Comité Confederal del sindicato aprobó una resolución apoyando la Constitución

El 7 y 8 de octubre de 1978, el Comité Confederal de UGT aprobó una resolución de apoyo a la Constitución por mayoría absoluta, con dos votos en contra y 9 abstenciones.

Unos días después, el boletín de UGT titulaba así su número de noviembre: “Sí a la plena libertad sindical, sí a la participación del trabajador en las decisiones del país, sí al derecho a reivindicar nuestros derechos, sí a la Constitución”.

La publicación incluyó el texto íntegro de la Constitución y defendió en su editorial que su aprobación supondría “una ruptura legal e institucional con el pasado franquista” y “la consolidación de un Estado democrático que va a hacer difícil que hechos desestabilizadores puedan provocar procesos involutivos”.

“Desde la perspectiva sindical” señalaba “significa el punto la derogación de todas las leyes sindicales provenientes del franquismo” y, por tanto, “el punto de partida de la restauración plena de la libertad sindical que el Gobierno no quiso establecer durante el periodo de transición” lo que “en consecuencia, tiene que dar lugar a la definición democrática de un marco de relaciones laborales que establezca las reglas del juego entre empresarios y trabajadores”.

El editorial resaltaba el hecho de que la Constitución recoge “de forma amplia” los derechos de sindicación, huelga y negociación colectiva de los trabajadores y subrayaba además que la presencia sindical debe tener, en primer lugar, “una función de auténtica gestión, en todas aquellas instituciones […] sufragadas fundamentalmente con dinero de los trabajadores”, en segundo lugar, que “deberán ejercer una mayor posibilidad de control sobre las empresas públicas” –cuyas decisiones han de estar directamente vinculadas al servicio del interés general- y, por último, que los sindicatos “deben convertirse en interlocutores privilegiados del Gobierno en la elaboración de decisiones que pueden tener repercusión sobre la situación global de los trabajadores”.

El texto finalizaba señalando la urgencia de poner en práctica, en el marco de la Constitución, del Estatuto de los Trabajadores, “en el que, junto a los derechos sindicales propiamente dichos, sean recogidos los derechos individuales de los trabajadores frente a la empresa, tanto pública como privada”.

Primer editorial tras la aprobación de la Constitución

En el número de diciembre, el editorial del boletín de UGT establecía los objetivos de la organización tras la aprobación de la Constitución situando en primer lugar “la necesidad de consolidar la democracia y una mejora de la situación de los trabajadores”; en segundo término, “la superación de la crisis económica con criterios que impliquen un reparto más justo de sus consecuencias y que hagan posible mejoras de la posición socioeconómica de los trabajadores, haciendo prevalecer la defensa de los interese colectivos sobre los individuales”; y, en tercer, lugar, “la consolidación y reforzamiento del papel de Sindicato en el marco de un sistema de relaciones laborales”.

A modo de conclusión, el texto de diciembre afirmaba que “el Sindicato debe desempeñar una clara defensa de la democracia; comprometerse firmemente en un proceso de transformación de la sociedad, tiene que adecuar sus exigencias coordenadas sociopolíticas del momento y, por último, ejercer no una mera función de contestación contra las consecuencias del sistema, sino también una función de control y de impulso del cambio social”.

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