Revalorizar el SMI por justicia social y económica

Como cada diciembre desde hace cuarenta años, el Gobierno de España debe cumplir con lo establecido en el artículo 27 del Estatuto de los Trabajadores y proceder a “fijar, previa consulta con las organizaciones sindicales y las organizaciones empresariales más representativas” el Salario Mínimo Interprofesional (SMI).

Para la revisión de este año el proceso comienza esta misma semana, con posiciones claramente distantes entre los interlocutores sociales y la existencia de dos “almas” económicas en el Gobierno que encarnarían la Vicepresidenta de Asuntos Económicos y la Ministra de Trabajo, esta última más claramente inclinada a una revalorización del SMI para 2021.

SMI entre luces y sombras

La historia del SMI está plagada de incumplimientos, especialmente en lo relativo a la consulta previa a los agentes sociales y a una revalorización adecuada. Desde su creación en España, mediante el artículo 27 de la Ley 8/1980, de 10 de marzo, de Estatuto de los Trabajadores (artículo que se ha mantenido sin cambios hasta la actualidad), ha tenido una evolución desigual. El primer SMI se fijó en el RD 1257/1980 en una cantidad equivalente a los 136,85 euros actuales; su cuantía se ha multiplicado casi por siete desde entonces (ver evolución aquí).

En el periodo comprendido entre 2012 y 2016, los Gobiernos conservadores del Partido Popular congelaron el SMI en dos ejercicios, y la revalorización del periodo en su conjunto fue de sólo un 2,1%

La posición de UGT respecto a su revalorización para 2021 trae causa desde la enorme pérdida de capacidad adquisitiva de los salarios provocada por las políticas de austeridad extrema adoptadas durante la Gran Recesión. Entre 2009 y 2011, los tres primeros años de la crisis, los Gobiernos socialistas del presidente Rodríguez Zapatero revalorizaron el SMI, en conjunto, en un 6,8%. En el periodo comprendido entre 2012 y 2016, los Gobiernos conservadores del Partido Popular lo congelaron en dos ejercicios, y la revalorización del periodo en su conjunto fue de sólo un 2,1%.

La presión sindical y los cambios de Gobierno iniciaron un cambio de tendencia en 2017, dando como resultado una revalorización del 39,8% para el periodo 2017-2020. En esos cuatro años el SMI ha pasado de 707,70 euros/mes en catorce pagas, a 950 euros, 243,30 euros más.

SMI, Agenda 2030 y IV AENC

En diciembre del año pasado, con el Gobierno todavía en funciones tras la celebración de las elecciones generales del 10 de noviembre, UGT y CCOO dirigieron una carta a la entonces ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, instando a una revalorización del SMI que finalmente se concretó el 30 de enero de este año en un acuerdo que lo incrementaba en un 5,5%, en el que se señala su contribución a promover un crecimiento sostenido, sostenible e inclusivo y “al cumplimiento de la Agenda 2030, en particular las Metas 1.2, 8.3 y 10.4 de los Objetivos de Desarrollo sostenible relativas, de manera respectiva, a la erradicación de la pobreza, la promoción de políticas orientadas a la creación de puestos de trabajo decentes y a la adopción de políticas salariales que logren de manera progresiva una mayor igualdad”.

El SMI era, y es, una herramienta contra esa lacra, como lo es la negociación colectiva. Por eso el IV AENC establecía el compromiso de elevar el suelo salarial de los convenios hasta que, a finales de 2020, ninguno de ellos estuviera por debajo de 1.000 euros/mes en 14 pagas

Merece la pena reparar en este extremo porque el incremento de las desigualdades y de la pobreza provocado por las políticas de austeridad de la anterior crisis se han convertido hoy en un problema grave. En aquel momento el 25,6% de la población española estaba en riesgo de pobreza o exclusión social, y se había generalizado ya la figura del trabajador o trabajadora pobre.

El SMI era, y es, una herramienta contra esa lacra, como lo es la negociación colectiva. Por esa razón el IV Acuerdo Interconfederal para la Negociación Colectiva y el Empleo(IV AENC), firmado entre las organizaciones empresariales CEOE y Cepyme, y las organizaciones sindicales UGT y CCOO, establecía el compromiso de elevar el suelo salarial de los convenios hasta que, a finales de 2020, ninguno de ellos estuviera por debajo de 1.000 euros/mes en 14 pagas.

SMI europeo

El 28 de octubre, ya inmersos en la segunda ola de la pandemia, la Comisión Europea presentó su propuesta de directiva sobre unos salarios mínimos adecuados en la Unión Europea cuya finalidad, según el propio texto, es “promover la negociación colectiva de los salarios en todos los Estados miembros” porque “desempeña un papel clave en la protección del salario mínimo adecuado”, y la protección de estos “garantiza una vida digna a los trabajadores, contribuye a sostener la demanda interna, refuerza los incentivos al trabajo y reduce tanto la pobreza de los ocupados como la desigualdad en el tramo inferior de la distribución salarial”.

La Comisión Europea recuerda que la crisis de la COVID-19 ha afectado especialmente a sectores con salario más bajos y ha tenido un mayor impacto en los grupos de población desfavorecidos

La Comisión Europea vincula la propuesta de directiva con el cumplimiento del Pilar Social Europeo adoptado en noviembre de 2017, y recuerda que “La crisis de la COVID-19 ha afectado especialmente a sectores con una mayor proporción de trabajadores con salarios bajos, como el comercio minorista y el turismo, y ha tenido un mayor impacto en los grupos de población desfavorecidos. Es esencial garantizar que los trabajadores de la Unión tengan acceso a oportunidades laborales y a salarios mínimos adecuados para respaldar una recuperación económica sostenible e integradora”.

Quedan así vinculados SMI, negociación colectiva, justicia social, lucha contra la pobreza y políticas de recuperación pos-covid-19.

El coste salarial de la pandemia

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó el 2 diciembre el Informe Mundial sobre Salarios 2020-2021 que pone de manifiesto los estragos salariales causados por la Covid-19 en todo el mundo. Con una muestra de países europeos, la OIT señala que “sin los subsidios salariales, el 50 por ciento peor pagado de los trabajadores hubiera perdido alrededor del 17,3 por ciento del salario, una reducción muy superior al porcentaje de alrededor del 6,5 por ciento para el total de trabajadores. Por lo tanto, la proporción de la masa salarial percibida por el 50 por ciento inferior de la distribución salarial –un indicador de la desigualdad– hubiera caído en alrededor de 3 puntos porcentuales, un promedio de entre el 27 y el 24 por ciento de la masa salarial, mientras que la de la mitad superior de la distribución hubiera pasado del 73 al 76 por ciento”.

En España la ratio entre el decil de renta más pobre y el más rico se ha visto incrementado en un 56%, pasando de 23 puntos durante el primer trimestre de 2020 a 36,1 en el segundo

En España la masa salarial cayó un 12,7% en los dos primeros trimestres del año, la segunda mayor caída de toda la UE, tras la de Portugal (13,5%), con un impacto desigual porque la ratio entre el decil de renta más pobre y el más rico (ratio 90/10) se ha visto incrementado en un 56%, pasando de 23 puntos durante el primer trimestre de 2020 a 36,1 en el segundo, agravando una situación que ya era muy preocupante.

Propuestas de UGT

El Sindicato considera imprescindible tener en cuenta este contexto a la hora de plantearse políticas de país para afrontar el futuro pos-covid. Aún en el escenario más favorable de abordaje de la crisis, mediante una vacunación rápida y masiva de la población, la Unión Europea, y nuestro país dentro de ella, se enfrenta a un periodo económico difícil en el que el consumo de los hogares tiene que contribuir al crecimiento económico.

En 2021 será necesario adoptar un mix de políticas de diferentes tipos para abordar la recuperación, y en ese camino es fundamental una nueva revalorización del SMI 

Dejar caer el escudo social levantado durante los meses más duros de la pandemia sería un gravísimo error a juicio del Sindicato. 2021 se configura como un año clave, en el que serán necesario adoptar un mix de políticas de diferentes tipos para abordar la fase de recuperación y transformación del país sin invalidar ningún factor que pueda contribuir a ese fin.

En ese camino, UGT considera fundamental abordar una nueva revalorización del SMI para 2021, con el objetivo de situarlo en el 60% del salario medio neto como indica la Carta Social Europea, que garantice salarios suficientes para los trabajadores y trabajadoras, y hagan posible su contribución al despegue económico desde condiciones dignas.

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