El día que decidimos ser libres

Hace pocas semanas que Alfonso Guerra definía muy acertadamente la Constitución Española de 1978 como un armisticio, y el consenso que la hizo posible como el “catálogo de renuncias que tuvimos que hacer todos”. Es comprensible que quienes han vivido exclusivamente en la España constitucional no comprenda el valor de aquel armisticio y la valentía de aquellas renuncias.

La Constitución ha sido un marco excelente para afrontar los grandes problemas que hemos vivido en estos años, como las amenazas de los nostálgicos del franquismo, la barbarie del terrorismo, y las tensiones territoriales.

¿Es legítimo sentirse desvinculado de todo eso y poner sobre la mesa, cuarenta años después y en un país diferente, aquellas renuncias? Por supuesto. Pero deberíamos plantearnos inmediatamente después si seremos capaces de sacarlas adelante con el aplastante consenso con que el pueblo español aprobó el texto constitucional original, y si no sería más conveniente aún comenzar por cumplir los mandatos de nuestra Carta Magna. Como el derecho al trabajo, o el derecho de todos los españoles a disfrutar de una vivienda digna y adecuada, por citar sólo dos ejemplos.

Es comprensible que quienes han vivido exclusivamente en la España constitucional no comprenda el valor de aquel armisticio y la valentía de aquellas renuncias.

Antes de plantear reformas a la Constitución (y este sindicato tiene algunas propuestas en este sentido) deberíamos esforzarnos por dar cumplimiento a lo que todavía falta por desarrollar.

La Constitución española es un marco de libertades, derechos y creencias democráticas muy superior a los de muchos y muchas miembros de la clase política a los que les ha correspondido o corresponde darle cumplimiento y, sin descartar el debate de las reformas, es más necesario el de revisar y aplicar sus contenidos.

Por otro lado, hay un hecho nada desdeñable. Hace 40 años, un día de diciembre, los españoles y las españolas decidimos ser libres, todo lo libres que podríamos ser en ese momento. Decidimos dejar a un lado nuestras diferencias y dejar definitivamente atrás una dictadura. Aunque solo sea por eso, debemos felicitarnos por el 40 aniversario de la Constitución.

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