Se cumple el primer aniversario de la llegada a Madrid de las marchas por pensiones dignas, las primeras protestas contra la reforma del sistema de pensiones efectuada por el Gobierno del Partido Popular en 2013 que impuso el factor de sostenibilidad al margen del Pacto de Toledo.
Las marchas, convocadas por UGT y CCOO -que también defendían la revalorización de las pensiones por encima del IPC-, partieron desde distintos puntos de España el 30 de septiembre de 2017 y llegaron a la Comunidad de Madrid en octubre donde tuvo lugar una manifestación multitudinaria.
Columnas de pensionistas de varios puntos del país entraron en Madrid por tres rutas: la primera, que integraban pensionistas de Galicia, Asturias y Castilla y León recorrió de Guadarrama a Collado-Villalba, hasta la Finca de la Malvaloca; la segunda, con pensionistas de Cantabria, Euskadi, Navarra, Aragón, Rioja y Castilla-La Mancha, entró desde Azuqueca de Henares a Alcalá de Henares y la tercera, en la que participaron pensionistas de País Valenciano, Andalucía y Extremadura, de Griñón a Fuenlabrada.
Miles de apoyos
Desde el inicio de su recorrido, las marchas recabaron el apoyo ciudadano e institucional (con más de 2.500 firmas de apoyo al manifiesto y varias resoluciones municipales de respaldo a las marchas y a los pensionistas durante el trayecto, para denunciar una reforma que condenaba a la pobreza a los pensionistas actuales y futuros.
Derogar la reforma de 2013
Las marchas por unas pensiones dignas surgen con el objetivo de derogar la reforma de 2013, (que se aprobó sin el consenso del Pacto de Toledo, y eliminó el acuerdo tripartito de Gobierno, sindicatos y empresarios) y para defender una revalorización de las pensiones por encima de la evolución de los precios y la sostenibilidad del sistema público de pensiones, socavado por el interés privado del Gobierno del Partido Popular.
