El mes de febrero avanza y estamos inmersos, todavía, en la tercera ola de la pandemia de Covid-19, con cifras de contagios disparadas, con una presión hospitalaria en máximos y, desgraciadamente, con cifras insoportables de personas fallecidas. No parece el mejor momento para volver a las movilizaciones en las calles, pero esas movilizaciones son necesarias.
Es necesario volver a coger las pancartas, las banderas -junto con las mascarillas y los geles- y recordarle al Gobierno que hay que combatir, además de la pandemia, otros problemas que se nos echan encima y que amenazan el empleo, los recursos y las condiciones de vida de los que menos tienen.
En el reportaje que publicamos esta semana en UNIÓN recogemos datos y valoraciones del Foro de Davos (nada sospechoso de izquierdismo radical), del Banco Mundial, de Oxfam Intermon, y las estadísticas de empleo del INE. Todos apuntan a una destrucción de empleo brutal como consecuencia de pandemia y, en consecuencia, a la ampliación de la población que vive cada día en lucha contra la pobreza y la exclusión.
Se pueden y se deben hacer cosas para evitar esa catástrofe, y eso es lo que diremos al Gobierno con las movilizaciones que comienzan el 11 de febrero, con concentraciones ante las delegaciones del Gobierno en todas las provincias.
Se pueden hacer cosas como subir el SMI para 2021, como derogar unas reformas laborales hechas para despedir fácil y barato aunque las empresas estén en beneficios; se puede ir desmontando la ley de pensiones de 2013 que condena a los pensionistas actuales y futuros a pensiones de miseria.
Tenemos mesas de diálogo social abiertas que no avanzan; tenemos compromisos electorales del Gobierno de coalición que deben cumplirse; tenemos un sistema fiscal que no responde a los mínimos criterios de progresividad y equidad que necesitamos; tenemos, en definitiva, una agenda de cambios sociales y laborales que abordar, y tenemos que hacerlo cuanto antes.
Por eso nos movilizamos. Por eso UGT y CCOO volvemos a las calles el 11 de febrero, por eso llevaremos nuestras reivindicaciones a las redes sociales y a los medios de comunicación. Por eso esta movilización es necesaria.