Representantes de la sanidad pública de los principales sindicatos en Osakidetza han hecho un llamamiento a la huelga del jueves 28 de enero, advirtiendo, en rueda de prensa, que “Nos sobran motivos para la huelga” y que lo sucedido con el uso indebido y privilegiado de las vacunas del COVID es a todas luces inadmisible. “Exigimos una investigación rigurosa y exhaustiva sobre lo sucedido y que se depuren las correspondientes responsabilidades. Debe garantizarse la transparencia en el proceso de vacunación y el cumplimiento riguroso del protocolo y el orden de prioridad”
Comunicado conjunto :
“NOS SOBRAN LOS MOTIVOS PARA LA HUELGA EN OSAKIDETZA”
Lo sucedido con las vacunas es una muestra más del más absoluto desprecio hacia el sistema sanitario público y hacia sus trabajadores y trabajadoras, y constituye un motivo más de una larga lista que llevamos años denunciando.
Lo sucedido en Osakidetza con las vacunas, que por el momento ha derivado en la salida de los gerentes de Basurto y Santa Marina, es a todas luces inadmisible y miserable. Mientras todos los días hay profesionales que trabajan en primera línea y que a pesar del riesgo que ello conlleva todavía siguen esperando su turno para recibir la vacuna, determinados cargos, valiéndose de su posición, han recibido una vacuna que nos les correspondía. Ciertamente es un mal síntoma que, quienes deben velar por el cumplimiento de los protocolos y tienen poder de decisión sobre las condiciones en las que trabaja la plantilla, sean precisamente quienes se salten las normas en su propio beneficio.
Ello adquiere especial gravedad si tenemos en cuenta las difíciles circunstancias en las que la plantilla ha tenido y tiene que trabajar en la actual crisis sanitaria: con falta de material de protección; con un alto índice de contagio que ha conllevado el fallecimiento de una trabajadora; con falta de recursos humanos y materiales; renunciando a sus derechos laborales como descansos y vacaciones… Precisamente los derechos laborales eran utilizados hace pocos días como excusa por el Vicelehedakari para justificar la lentitud en la vacunación, tratando así de eludir su responsabilidad en la falta de planificación y de recursos para llevarla a cabo.
Exigimos una investigación rigurosa y exhaustiva sobre lo sucedido y que se depuren las correspondientes responsabilidades. Asimismo, debe garantizarse la transparencia en el proceso de vacunación y el cumplimiento riguroso del protocolo y el orden de prioridad.
En este contexto, y tal y como hemos denunciado de manera reiterada, queremos subrayar que el desmantelamiento de la sanidad pública viene de lejos: adolece de problemas estructurales previos a la pandemia que el Departamento de Salud no ha tenido ni tiene voluntad de solucionar.
Tras la Mesa Sectorial celebrada en el día de ayer (21 de enero), queremos poner de manifiesto que, más allá de las buenas palabras y de las declaraciones de buenas intenciones, a día de hoy no hay ninguna medida encima de la mesa encaminada a solucionar las graves carencias estructurales de Osakidetza. Los planteamientos realizados durante la reunión, en relación con las reivindicaciones planteadas, son insuficientes o sencillamente inexistentes.
Cabe recordar que, tras exigir en repetidas ocasiones la inclusión en el orden del día de nuestras reivindicaciones y denunciar, asimismo, la imposición de los temas por parte de Osakidetza, se nos emplazó a incluir dos puntos en el orden del día de la reunión de ayer.
Sin embargo, y a pesar de haber sido formalmente incluidos en las temáticas a tratar, los planteamientos realizados son insuficientes, además de dejar a un lado reivindicaciones nucleares para abordar la grave situación que atraviesa Osakidetza, infradotada y maltratada durante años:
Necesitamos más inversión en sanidad pública. Es prioritario gastar el dinero público en servicios para todos/as. Sin embargo, no sólo no hay ninguna propuesta en este sentido sino que a las preguntas realizadas a la Consejera sobre el presupuesto para el Departamento de Salud, se negó siquiera a respondernos alegando que ya había dado las explicaciones oportunas en el Parlamento.
Hay que aumentar la plantilla estructural y hay que acabar con la temporalidad. El personal está sobrecargado y desbordado y tiene que consolidar su puesto de trabajo. En una administración con más de 15.000 temporales y en la que la temporalidad alcanza el 40%, la propuesto de una OPE de 3.500 plazas realizada por Osakidetza, es absolutamente insuficiente.
Necesitamos un nuevo Acuerdo Regulador de Condiciones de Trabajo, vencido desde hace 11 años. También que se reviertan los recortes que nos han impuesto todos estos años: desarrollo profesional, Itzarri, primas de jubilación anticipada, recuperación del poder adquisitivo. La Dirección de Osakidetza ha mostrado su eventual voluntad de abordar nuestra propuesta de nuevo Acuerdo Regulador pero no así el resto de cuestiones.
Hay que acabar con las privatizaciones. Los servicios privatizados en los últimos años deben volver a ser públicos. No hay ninguna voluntad de abordar esta situación.
¿Dónde queda la salud laboral de la plantilla? Necesitamos medidas que garanticen la seguridad y la salud. Que no se escatime en una mascarilla FFP2, que se diseñen y apliquen protocolos garantistas y que se aborden los riesgos psicosociales y las cargas de trabajo.
Llevamos meses movilizándonos. Osakidetza no nos ha dejado otro camino que el de la movilización. En este contexto, la pandemia se ha convertido en la excusa perfecta para seguir aplicando recortes. Buen ejemplo de ello son los aplicados en los PACs de Zumarraga y Deusto, por ejemplo.
Por ello, hacemos un llamamiento a la plantilla a secundar la huelga convocada para el próximo jueves, 28 de enero. Asimismo, hacemos un llamamiento tanto a trabajadores/as como a usuarios/as y ciudadanía para que participen en las movilizaciones convocadas.
Nos jugamos mucho: Una sanidad pública de todos/as y para todos/as.