Dos personas mueren cada día por el hecho de ejercer su trabajo. En 2017 se produjeron en total 618 muertes. La principal causa de siniestralidad durante la jornada laboral fueron los infartos y derrames cerebrales, con 208 fallecidos.
La reforma laboral de 2012 empeoró las condiciones de trabajo generalizando e incrementando la precariedad, de manera que los trabajadores y trabajadoras se ven obligados, en muchas ocasiones, a desarrollar su trabajo en condiciones inseguras que ponen en serio riesgo su salud.
La presión y el miedo que sufren muchos de ellos a perder su puesto de trabajo provoca que no haya denuncias. Algo que se constata con el elevado número de accidentes laborales sin baja médica: 738.584 en 2017.
La seguridad y salud en el trabajo es un derecho y la falta de una prevención adecuada, algo que debe perseguirse. “Trabajo Seguro, es tu salud, es tu derecho”.